Muchas cosas nos llevan a cambiar en la vida: Conciencia, acontecimientos felices o infelices. La vida nos lleva a posicionarnos, a evolucionar, a transformarnos o, mejor aún, a encontrarnos. Eso fue lo que sucedió con Fernanda. Ella se encontró a sí misma después de una dolorosa ruptura por medio de su imagen personal.
Antes de reunirme con ella en su domicilio, leí el cuestionario de preparación que había completado, notando mucha insistencia en sus palabras. No podía esperar a charlar con ella para entender por qué estaba tan interesada en reunirse y, lo más importante, cuando expresó que estaba perdida.
Su casa estaba bonitamente arreglada con olorosas flores que impregnaban mi nariz con un delicado perfume. ¡Tenía la impresión de haber llegado a un hermoso rosal! No había logrado entrar bien a la casa, cuando ya me estaba dando la bienvenida.
– Fernanda: ¡Hola Cristina! Estoy contenta de que llegaras, ¡Te estaba esperando!
– Cristina: ¡Ya veo! ¡Gracias por tan cálida bienvenida!
– Fernanda: No tienes idea de lo emocionada que estoy por conversar. Necesito ayuda, necesito encontrar de nuevo a la mujer que solía ser.
El interior de su casa era tan atractivo como el exterior. De inmediato, me sentí bien en el lugar. Fernanda, es una mujer sencilla, tan entrañable. Miramos su cuestionario y le indico que en varios lugares me resaltó que quería reunirse. Le pedí que me diera algunos detalles sobre eso, decidiendo contarme todo lo que había sucedido.
Fernanda tiene cuarenta años. Hermosa de corazón. Tiene dos hijos y acababa de terminar una relación de veintidós años con su marido. La había engañado y se había ido con su secretaria de 22 años. ¡Sí, el tiro clásico!
Al comienzo de la relación, Fernanda y su esposo habían decidido que se quedaría en casa para cuidar de los niños, y estaba encantada con la decisión. Su marido era muy crítico con su look al vestir. Siempre había un comentario insensible acerca de su forma de vestir, del tipo de comentarios que duelen.
En silencio, cambió la forma en que se vestía, se volvió más clásica, “convencional”, como le gusta decir. Poco a poco, se encontró cayendo en un estilo demasiado viejo para su edad. No había color ni alegría en su ropa, en gran parte debido a la crítica despectiva de su marido.
Fernanda había perdido completamente su espontaneidad en su forma de ser y expresar su personalidad a través de su ropa. Incluso había llegado a dudar de su capacidad para tomar decisiones tan simples como la elección de pantalones o faldas. Los años habían pasado y ella estaba al tanto.
En esos días, su marido había comenzado a faltar en repetidas ocasiones a su hogar. Muchas reuniones en la oficina y fuera de la oficina. Viajes de negocios, y finalmente, el anuncio no tardó en llegar. La ruptura de Fernanda con su marido ya era un hecho.
Ella sospechaba que algo estaba sucediendo, pero no quería verlo ni oírlo por sí misma. Su familia era toda su vida. Verla romperse en mil pedazos fue un golpe monstruoso. Como si fuera poco, su esposo acababa de decirle que iba a ser papá otra vez.
La vida de Fernanda se había derrumbado. No pasó mucho más tiempo cuando cayó en depresión.
– Cristina: Entiendo, ¿Quieres poner algo de color en tu vida, Fernanda? ¿Una imagen personal que exprese lo que eres?
– Fernanda: Después de mucho luchar, recuperé el control de mi vida, mi salud. Perdí peso, quiero y necesito vestirme de una manera sociable, sana. ¡Quiero encontrar color en mi guardarropa y en mis canteros de flores! Quiero atreverme con los accesorios. No quiero ser la mujer borrada que he sido. Quiero que la gente vea mi personalidad colorida a través de mi ropa. ¿Puedes ayudarme a hacer todo esto? Yo lo quiero, no deseo llevar una imagen personal deprimida.
Qué felicidad para mí poder ayudar a una mujer que ha pasado por todo esto. En cuanto a ella, fue el inicio de un nuevo comienzo.
Una ruptura nos cambia, pero una mala relación también puede transformarnos. Como resultado, nos perdemos de vista y nadie nos reconoce. Pero, una personalidad es fuerte, y después de perdernos, buscamos nuevamente. Terminamos encontrándonos en un pequeño rincón, nos dejamos sacudir por un momento y luego renacemos.
Fernanda es una mujer nueva que se ha encontrado y ahora revela su personalidad colorida.
¡Bravo Fernanda! Estoy orgullosa de ti.
Nunca es tarde para dedicarnos a nosotras. Estoy lista para ofrecerte un cambio y asesoría de imagen radical, más allá de tus expectativas. Y tú, ¿estás lista?, echa un vistazo a todo lo que ofrezco para ayudarte.
Con amor, Cris